Hay veces en que me dan ganas de cerrar este blog. Son parecidas a las ganas que a veces me dan de irme del trabajo, cambiarme de ciudad y empezar una nueva vida, anónima. No es que sea una persona tan conocida, pero supongo que comprenden a lo que me refiero cuando digo anónima... una especie de vida en la clandestinidad, o convertida en ermitaña.
Quizás sucede que estoy cansada y quiero "nuevos rostros, nuevos días, nuevos soles"...
1 comentario:
No desespere, señorita; sus letras son buenas y tienen aquello que tanto se agradece por esto días: libertad.
Mí aprecio, cariño y todas esas cosas.
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