28.9.09

el encierro

Al Cristian le temblaba una mano y se le caía la saliva. Cuando no estaba peleando con las voces, me decía "mi amor, convidame un cigarrito?". Yo siempre le daba. La Paty no le daba, ella los vendía. Todos le pedían fiado y despues ella lloraba porque no le pagaban. Lloraba tambien porque la comida era muy mala y quedaba con hambre. Los auxiliares le decían que estaba muy gorda. La Pamela tenía una fijación sexual con todo el mundo. Esa mina me agarró una teta, me decía. Ese mino me atrae. Una vez me acosté con un viejo por diez lucas. Las voces le decían que hiciera cosas para que nadie le creyera. La señora Cristina se movía como robot. Siempre bien tiesa detras de algun libro, se negaba a hacerle masajes a Jaime, que arrastraba los pies y caminaba con la boca abierta. Joven, me decía. Le pago doscientos pesos si me hace un masaje. Le hice dos veces, a la tercera me aburrí y le dije que estaba ocupada. Me puse a conversar con la Marcela, decía que tenía lepra, se negaba a comer y a ir al baño. Andaba fétida porque se pasaba una toalla higiénica usada por todo el cuerpo. Un día la amarraron a la camilla. Yo lo único que quería era salir pronto de allí.

13.9.09

Que le corten la cabeza!

[cuestionarse]. plantearse una cuestion. una question, maybe. Un vicio destructivo que es admirado por muchos. Si alguien no se cuestiona nada, es un inconsciente y un bobo. Pero el que se cuestiona en exceso es un ser profundamente infeliz. Yo quisiera encontrar el manual para encontrar el punto medio. Llegar al nivel donde los arrepentimientos son musgo y jamás baobabs. Llego a la conclusión de que me carga pensar, analizar, desmenuzar la cotidianidad. Pero lo hago, porque forma parte de mi sistema de sentido, es una característica mas de las que en mi vienen por default. Y mientras no me acepte, el problema sigue, y sigue y sigue...

10.9.09

Autoboicot

("System Halted") (Now, I Understand. It's my life, my boring life...)
Robando internet. Tras mas de una hora de intentos de colgarme a alguna red inalámbrica, lo he conseguido. Hace frío y la soledad me marea. Recuerdo tantas cosas. Quiero olvidar tantas cosas. Siento náuseas. Sartre me pena. Los perros ladran. Muerdo mis uñas. Que ganas de golpearme la cabeza hasta partirla en dos. El hastío que hace tanto tiempo no me atacaba me hace señas con las manos. Ya no sé si quiero huir, lo cierto es que una nube obscura me envuelve y mi saliva se torna cada vez más amarga. Eso que se parecía tanto a la felicidad, no lo era. Solo me queda cerrar los ojos y contar ovejas, hasta que la obscuridad cese. Necesito reencontrarme con esos anunciados proyectos que nunca llevo a cabo. Posiblemente borre esto muy pronto. Como ven, una vez mas el monstruo no perdona.

1.9.09

31

Esta soy yo, a los treinta y un años de edad.
La misma que cuando tenia ocho años, creia que las almendras se sacaban de los cuescos de durazno.
La misma que vomitaba antes de ir al colegio de monjas.
La misma que en segundo basico tuvo piojos y dijo a sus compañeras que eran coleópteros.
La misma que a los quince años escribía poemas terribles (de malos).
La misma que se enamoró tres veces y dijo nunca más.
La misma que estuvo dos veces en un recinto psiquiátrico (y no de visita).
La misma que cuando quizo ir otra vez a Machu Picchu, terminó en Pichilemu.
La misma que trató de apedrear la galería Isabel Aninat.
La misma que lavaba pantalones con shampoo de manzanilla en el sur.
La misma que dejó de comer carne porque entendió.
La misma que toda la vida quiso estudiar literatura y nunca se atrevió.
La misma que se emborrachó 435 veces.
La misma que cuando tiene sueño se agarra un mechón de pelo.
La misma que cuando chica decía que cuando grande quería ser turista.
La misma soñadora empedernida que quiere aprender a levitar.
Esta soy yo, a los treinta y un años de edad,
La que ya no se avergüenza de nada.