23.1.09

Monster

Otra de sus facetas es la capacidad de hacerse el simpático, el buena persona, que no quiere caerle mal a nadie... este monstruo disfraza sus temores con pseudo respeto, pseudo responsabilidad, cuando la verdad es que muchas veces no le interesa realmente lo que está sucediendo en el exterior. Luego se divierte culpándose, enrabiándose conmigo, pues a ningún monstruo le gustan los disfraces ni los ocultamientos, estos son contra su voluntad.
Últimamente el monstruo y yo hemos compartido algunas caminatas, nos hemos mirado a los ojos con cierta timidez, pero esta va cediendo poco a poco: ya no se muestra tan reacio a parlamentar conmigo y en premio le he regalado una pizca de racionalidad, algo que él desconocía por completo...
Al parecer los temores que conforman a mi monstruo no han desaparecido, pero sí han disminuído por lo menos una talla, razón por la cual estamos acercándonos a una tregua, a una sensacion de mayor tranquilidad y de aceptación mutua.
Ayer, por ejemplo, tuve una visita importante respecto a los sentimientos, y mi monstruito no se manifestó en ningún momento, no interfirió, permitiéndome estar en paz conmigo misma durante toda la tarde. Antes, mi monstruo me hubiera llenado de inseguridades, de temor, de dolor, de afán de querer recuperar un pasado que no es más que eso: pasado.
Este monstruo se está portando cada día mejor, es como un yogurth americano... en el fondo, es dulce.

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