Pato Wade, o el terriblismo mismo

Una vez, tomando el sol otoñal y conversando con una amiga en las escaleras exteriores del casino donde trabajamos, ella me descubrió. Se dio cuenta de mi desconfianza absoluta cuando las cosas parecen marchar bien. Sucede que la experiencia hasta ese entonces, me indicaba que cada vez que me sentía contenta por algo, o cada vez que las cosas en la vida parecian ir por buen camino, una amenaza latente de que algo muy malo iba a acontecer, se hacía realidad. Después de mis sensaciones felices e incluso eufóricas, siempre venían depresiones extremas e insoportables.

-¿Cómo andas?- me decían - Bien, extrañamente la raja. ...mmm... Seguro que algo malo me va a pasar entonces...- o... -todo anda demasiado bien, esto es demasiado bonito para durar.- Y así era, en efecto. Entonces, esa tarde, Ale me observa y me pregunta dónde está el flotador. -¿el qué????-

-El flotador con una pequeñita cabeza de pato en la cintura. Es que eres igual a ese pato que salía en el show de Garfield, que siempre tenía la paranoia de que algo horrible y catastrófico iba a acontecer en cualquier instante.- Certero diagnóstico, no?

Me dió mucha risa, y le tomé un cariño enorme a esta caricatura de Jim Davis, un pato que le teme al agua (usa constantemente un flotador), que tiene fobias que van desde la A a la Z (en la letra W le tiene fobia a las personas que se llaman Walter, osea "Walterfobia") y que es constantemente motivo de burlas de sus compañeros, en especial del gallo Roy, que disfruta preparándole bromas pesadas todo el tiempo... La vida de Wade no es para nada fácil, porque Wade se teme a si mismo, y especialmente le tiene terror a no tener el control sobre las situaciones cotidianas. Quizas a más de alguno le ha tocado ser Wade en algún momento de la vida...