Encontrémonos- te digo, mirándote fijamente a las pupilas.
Dónde, cúando, cómo.
Me encojo de hombros, te doy una dirección, un teléfono, un beso de despedida. Luego me alejo, sospechando que solo te encontraré en un listado de deudores universitarios, algún día.
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