Cada cierto tiempo, me gusta hacer el ejercicio mental de enlistar mis pequeños placeres que nacen de acciones cotidianas. Excluyo por esta vez el comer, el beber y el amar, porque esos son universales, como necesidades básicas.
Aquí van los que encontré hoy:
1) Acariciar a Mandarina hasta hacerla ronronear tanto que llega a babear. Suele ronronear harto, pero el babeo lo he conseguido como cuatro veces en todos estos años. La amo.
2)En mi actual trabajo, descubrir un libro mal ubicado en una estantería y colocarlo de regreso en su lugar. ¿No puedo ser tan nerd? pues lo soy.
3)Dormir toda la mañana. Bonus track: soñar cosas entretenidas, como los viajes por el tiempo con acción descontrolada al estilo road movie.
4)Sentir olor a limpio. Lamentablemente, para hacerlo debo pasar la inevitable etapa previa: sacarme la mugre haciendo aseo. (jaja, sacarme la mugre, buena)
5)Abrir un libro nuevo y sentir la textura del papel en los dedos. Y el olor a recién impreso. Maravilloso.
6)Descubrir una canción bacán que nadie conoce. (Su contraparte, oír después esa misma canción en algun aviso comercial)
7)Hacer un regalo inesperado y que la persona que recibe el regalo quede feliz. Se siente genial.
8)La primera llamada recibida cuando tengo un teléfono nuevo. Uno se demora en contestar porque se queda un ratito escuchando el ringtone.
9)Cuando alguien se apoya en mis hombros y me hace un pequeño masaje... me derrite.
10)Ver un atardecer rojo, bien rojo, es como el corolario perfecto para un día imperfecto.
¿Y cuales son los suyos?