Me enamoré de un árbol siempre verde, en el que anidan unas codornices fraternales. Cada vez que salgo a fumar al patio, el árbol me da la bienvenida con sus brazos tenues. Me enamoré de un árbol y por medio de él me enamoré de la vida, que transcurre plácidamente bajo mi piel.
Y quisiera decir muchas cosas, pero hay veces en que, tal como me susurra el árbol, lo mejor es sonreir en silencio.
2 comentarios:
whahaahahaha....ame tu entrada! pues yo me enamorado mil veces de ellos!
cariños crihisña
Qué maravillosa experiencia. Por sus palabras, diría que lleva tiempo amándole en silencio, señorita.
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