Yo quería que vieras la luna, de modo que trepamos al acantilado, el viento frío acariciaba nuestras sienes y simplemente observábamos el mar, los peces tocaban sus bocinas mientras avanzaban lentamente en dirección opuesta a los semáforos y al mirar hacia el horizonte descubrimos la colmena, la enorme colmena con cortinas de distintos colores tras las cuales se ocultan mil y un mundos desconocidos y palpitantes. Y la luna? Se había ocultado entre las nubes, y sólo pudimos oir sus risas como un murmullo de cascabeles lejanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario