(NOTA: ESTE TEXTO LO ESCRIBÍ CUANDO TENÍA ENTRE 15 Y 16 AÑOS)
UNO
Era la oscuridad total. Sentía grillos trepando por su cuerpo, y una sensación de taladros en la cabeza. Transpiraba y tenía frío. Forzando un poco la vista distinguió un bulto. Hacia él se dirigió.
-¿Dónde está la puerta?
Una mano anónima le indicó un rincón. Se encaminó hacia las tablas raídas y sin golpear, entró. La puerta crujió al abrirla y Ella cerró sus ojos, encandilada por una ampolleta desnuda que pendía del techo. En el lugar había unos cuantos sillones desechados por viejos, una alfombra apolillada y botellas, botellas por todas partes, vacías, a medio llenar, quebradas o tumbadas. Apoyó su espalda en lo que creyó un mueble, sin fijarse en que alguna vez fue un refrigerador. Entre dos sillones de resortes a la vista, en el suelo, una pareja trataba de besarse, pero a esa hora ya ni siquiera eran capaces de sostener la cabeza. Mientras, eran observados por cuatro jóvenes que tenían entre sus manos algunas petacas que aún contenían algo de licor.
Un quinto joven estaba de pie, con los ojos cerrados y las manos en los bolsillos, apoyado en la muralla de cartón y tablas. Tarareaba algo muy despacio, diríase casi inaudiblemente.
-Vengo a buscarte- dijo Ella. La muchacha que estaba en el suelo ni la miró siquiera.
-Puta, tengo que irme...- masculló impaciente. El dolor de cabeza tomaba forma de martilleo en sus sienes, por lo que se llevó las manos a la frente y cerró los ojos.
-Yo te voy a dejar- dijo el de las manos en los bolsillos. Ella se sobresaltó y lo miró con sorpresa. Los demás empezaron a hablar, todos al mismo tiempo.
-Gracias, pero... ¿y ella? Preguntó la joven señalando al rincón. -Igual me preocupa, no está bien...
-Y quién puede estarlo en este país!- farfulló alguien con voz estropajosa. Varias voces lo hicieron callar.
-Hey, yo me voy- dijo Ella a su amiga, que parecía dormir en el hombro de su pareja. Luego dijo: -Bueno, todos son testigos de que le avisé... ya me voy...
-Chao- dijeron aquellos jóvenes en un coro de voces discordantes. Ella se dirigió a la puerta e intentó abrirla. Una mano morena le facilitó la tarea, empujando con fuerza.
-Así está mejor- Dijo Él.
-Gracias- dijo Ella sin mirarlo.
-Amiga... amiga... ¿te vas? Dijo una voz femenina llena de vacilación
-Sí- contestó Ella. -Ya es tarde.
-Ahhhhh... ¿quién se va?
-YOOOO... te lo he dicho tres veces. Me voy porque es tarde... esto ya murió.
-Yo la acompaño- anunció Él en la puerta.
-...¿Quién?
-Yo- repitió Él con fastidio y salió también.
-Aaaaaaahhhh... ssssí. Amiga... aaa... tinen- dijo la joven que yacía entre los sillones, sin notar que no la habían oído.
DOS
(“ME DUELE LA CABEZA. SIENTO GRILLOS TREPANDO POR MI ESPALDA. TENGO SUEÑO Y FRÍO. ESTÁ TAN OSCURO, MENOS MAL QUE NO TENGO QUE CAMINAR SOLA. ¿QUÉ IRÁ A HACER LA PATTY? SEGURO QUE LA VAN A CAGAR CUANDO LLEGUE ASÍ A SU CASA...”)
-Me preocupa la Patty. Seguro que la van a cagar si la pillan.
-No creo que la cachen, no te urjai.
-No puedo evitarlo.
-Qué.
-Qué de qué.
-Qué cosa no puedes evitar.
-Urgirme, poh. (“SI SERÁ GIL...”)
-Ah.
-... (“AHORA SE VA A QUEDAR CALLADO. TÍPICO. VA A METER SUS MANOS EN LOS BOLSILLOS, SUS BOLSILLOS NERDS, Y LUEGO SE PONE A TARAREAR CUALQUIER HUEÁ...”) ...Oye... eeeeeeeeh...
-¿Qué?
-... (“TRATA DE NO REIRTE POR FAVOR”) ¿Por qué cuando te quedai callado metís las manos en los bolsillos y... parece como si cantarai, despacito, bien despacito... y seguís callado y...
-¿Por qué me preguntas eso?
-... (“BUENA TÁCTICA, RESPONDER UNA PREGUNTA CON OTRA... MMM... NO ES TAN GIL PARECE... Y EN REALIDAD EN CIERTA FORMA ES GUAPO...MMM”) ...No sé, supongo que para hablar de algo... Yo no soy callada, o mejor dicho, cuando estoy en silencio, pensando... eeeeh... no meto mis manos en los bolsillos... (“UYY, POR FAVOR NO ME MIRES ASÍ... LINDOS OJOS...”)
-Ni tampoco tarareas canciones, supongo.
-Supongo que no. Creo que lo hago mentalmente...
-¿Lo haces mentalmente?
-Me refiero a tararear, OK???? (“QUE BONITA SONRISA”)
-Ahh, sí.
-(“OTRA VEZ TE QUEDAS CALLADO. ERES ESPECIAL... SUPIERA LA PATTY QUE ME VINO A DEJAR ÉL... NO TE VAYAN A CACHAR TUS VIEJOS, PATTY...”)
-...
-... No la vayan a cachar los viejos...
-No creo. Igual no sacai nada con preocuparte. La Patty ya está viejita pa' saber lo que hace. Mejor sonríe... ¿Lo pasaste bien?
-No mucho... ¿y tú?
-¿Yo?... Yo sí... sí, lo pasé bien.
-(“CREÍ QUE IBAS A DECIRME QUE TU TAMBIÉN ESTABAS ABURRIDO. ¡SI TENÍAS CARA DE ABURRIDO! … SERÁ GIL... ¿O SERÉ YO???”)
-¿Y ese suspiro?
-Es que soy tan tonta (“SOY IMBÉCIL, CÓMO DIJE ESO, ESTOY DICIENDO PURAS HUEÁS... NO ME ESCUCHES POR FAVOR...”)
-Yo no te encuentro tan tonta...
-(“AHH, OSEA, NO TANTO... COOPERÉ...”)
-...
-Me refiero a que te encuentro inteligente, no sé pa' qué dices que eres tonta si sabes bien que no lo eres.
-Tienes razón, no soy tan tonta... No te rías de mí... soy inteligente pero igual de repente un poco gil...
-No te entiendo.
-Solo quiero pedirte un favor.
-Dime, pero no te vayai por las ramas, que ya vamos a llegar a tu casa.
-Yo nunca me voy por las ramas. Lo que te quiero pedir es...
-¿Es?
-... eeeh... que no le cuentes a nadie eso que te dije, que lo pasé “ahí no más”... ¿ok?
-Ok.
-Es que me dolía la cabeza... me duele... y bastante además...
-No te preocupes, no tienes que explicarme nada. Yo no voy a decir nada. Ya llegamos.
-Gracias por acompañarme, igual me daba lata venirme sola... la luz está apagada, por suerte tengo llaves... (“PERO NO QUIERO ENTRAR AUN, SOY TAN TONTA, PODRÍA HABERLAS PERDIDO, HABERLAS DEJADO EN LA CHAQUETA DE LA PATTY, A LO MEJOR NOS QUEDARÍAMOS ACÁ AFUERA... Y A LO MEJOR... UNO NUNCA SABE... ¡SUPIERA LA PATTY”) ...Chao, gracias por haberme acompañado. Nos vemos...
TRES
Decidó arriesgarse. No estaba lateado, y sabía que si volvía donde sus amigos sí iba a estarlo.
-Oye...-Dijo
-¿Sí?- Dijo Ella mientras introducía la llave en la cerradura.
-¿Tienes que entrar de inmediato?... onda tus viejos...
-Teniendo en cuenta que es noche de año nuevo, eeemmm...-Dijo Ella, moviendo afirmativamente la cabeza varias veces -No.
-¿No? Dijo Él, algo confuso.
-Pero, ¿Con qué finalidad me voy a quedar aquí afuera?
-Quédate un rato. Nos sentamos aquí en la vereda y conversamos un poco...
Ella sonrió. El la encontró bonita. A Ella se le quitó el dolor de cabeza. A Él le dió frío.
-¿Y, qué me vas a contar?- Dijo Ella acercándose.
Sentándose en el suelo, Él respondió: -¿Qué quieres que te cuente?
Ella se sentó también y se encogió de hombros. Ambos guardaron silencio. De pronto Ella lo miró y dijo: -Cuéntame algún secreto.
Él la miró. Ella le sostuvo la mirada. Él bajó la vista y sonrió. Nuevamente, un silencio.
-Pero no le cuentes a nadie.
-Obvio. Hace un rato confié en tí, ahora tú confía en mí.
-...Yo también me aburrí, me aburrí más que la cresta...- Dijo Él de un sólo viaje, como conteniendo la respiración, sorprendiéndola.
-¿No me estai...?
Él se rió, su risa era ronca para su edad, varonil y tierna a la vez.
-Por eso me pongo a cantar despacio, porque de repente encuentro que todos son tan... ...y me vuelo...
-Ah, osea que cuando me encuentres estúpida, te vas a poner a cantar con las manos en los bolsillos- dijo Ella cruzándose de brazos y entrecerrando los ojos.
-Yo no te encuentro estúpida. Ya te dije que te encuentro inteligente... pero me gusta volarme y recordar viejas canciones.
-¿Viejas canciones?- dijo Ella, mirando el cielo.
Él la miró fijamente.
-Es un decir.
Ella lo miró fijamente.
-¿Y ahora?
-¿Ahora? ¿Ahora qué...?- dijo Él cerrando los ojos.
-¿Recuerdas alguna vieja canción?
-Sí... pero no...
-¿Sí pero no?
-Sí recuerdo, pero no estoy aburrido en este momento...- dijo Él abriendo perezosamente los ojos y observándola.
-Ah.
Se hizo un silencio, que Ella rompió de pronto. Tomándole una mano, le dijo: -Tararea alguna canción.
-...Cuando estoy contigo no sé bien por qué, pero prefiero conversar... eeeh... en realidad...
-¿Sí?
-...Te das cuenta de que es la primera vez que conversamos?
Ella se dió cuenta, pero negó con la cabeza.
-No creo... antes hemos conversado, estoy segura... sería absurdo...
-¿Cuándo hemos conversado antes?
Ella lo miró y se encogió de hombros. Luego asintió y dijo:
-Entonces, no tararees nada, y simplemente conversemos para ponernos al día...
Él asintió, sonriendo...
...El amanecer los sorprendió besándose. Se despidieron, sabiendo que tal vez no conversarían nunca más, pero ambos se sentían contentos.
Había comenzado un nuevo año.
(Por CPCC. probablemente Enero, 1996)